La Flor del Espíritu Santo
Para quienes no la conocen, esta flor se llama La Flor del Espíritu Santo (Peristeria Elata) y es la flor nacional de Panamá.
Fué declarada como flor nacional el 21 de octubre de 1980, por la Asamblea Nacional de la República de Panamá.
Pertenece a la familia de las orquídeas, sus pétalos carnosos, despiden un fuerte y delicioso aroma, sus hojas son como las del coco aún sin abrir.
Hacía ya un buen tiempo que quería verla en persona, pero no encontraba a nadie con esta bella planta, hasta que conversando con una querida amiga llamada Julia, me enteré que ella tiene una, y que justo ahora está en flor!...que emoción!!, quedamos en que la visitaría para hacerle una sesión fotográfica a su hermoso ejemplar! :D
Como pueden observar, al centro de la flor se forma una figura que se asemeja a una paloma, de hecho, su nombre Peristeria Elata, significa "paloma alada". El color de la flor es blanco-marfil, con diminutos puntitos rojo vino y lo que pareciera el pico de la paloma (el pistilo) es amarillo pálido.
Esta planta crece a la sombra de otros árboles, no debe sembrarse a la luz directa del sol, tampoco entrerrada, si no más bien, sus raíces deben descansar sobre un terreno rico en nutrientes (humus), en un ambiente húmedo, apoyada a otros árboles de sombra. Tambien recomiendan los conocedores, que debe ser regada con agua de lluvia y no potable... aunque en un ambiente bastante húmedo, no sería necesario regarla.
La "semilla" de esta planta, es una especie de bulbo o pseudobulbo verde de unos 4"-5" de largo.
Cuando le pregunté a mi amigo Domingo (el esposo de Julia), cuales de tantas eran las hojas de ésta planta (porque estaba en medio de una gran variedad de plantas, él las apartó un poco y me dijo: -éstas son... y luego me mostró la base en donde estaban las "semillas", en medio de helechos y otras plantas pequeñas. Como estaba tan apretujado todo, no logré una buena toma de la base, pero algo se logró ver ;)
¿Sabían que esta bella planta está en peligro de extinción?... por causa de la deforestación y el tráfico indiscriminado de esta especie, se mantiene de forma hermética, los lugares en donde todavía se pueden encontrar de forma "salvaje", algunos ejemplares.
También les cuento que, todos los años en la provincia de Herrera, en el pueblo de Las Minas, se realiza la Expoferia Flor del Espíritu Santo, como homenaje a este símbolo nacional.
Buscando información en la red, me encontré con esta poesía del autor panameño Tomás Martín Feuillet, dedicada a la Flor del Espíritu Santo, que quisiera compartir con ustedes.
La Flor del Espíritu Santo
por: Tomás Martín Feuillet
(1856)
De nuestros bosques en lo más recóndito,
bajo altísimos techos de verdor,
erguida crece entre peñascos áridos
una preciosa, peregrina flor.
Oculta siempre a las miradas, tímida,
sólo en la espesa selva se la ve,
por miedo acaso de que airado el ábrego,
con su flexible talle en tierra dé.
Ella no ostenta ni brillante púrpura,
ni matices de gualda y de carmín;
mas son de nieve sus hermosos pétalos,
más blancos que azucena, que jazmín.
La flor es esa que del Santo Espíritu
he escuchado llamar desde que nací,
y en cuyo cáliz, el perfecto símbolo
de esa imagen divina siempre ví.
¡Ah!, Yo recuerdo que en la infancia plácida
con respeto a esas flores me acerqué,
porque juzgaba en mi inocencia cándida
que eran emblemas de piadosa fe.
Y me han contado que radiantes ángeles
las vienen en la noche a custodiar,
para impedir que de sus tallos débiles
las arranquen los vientos al pasar,
Y que con ellas cuando ya el crepúsculo
derrama en el espacio su arrebol,
tejen guirnaldas las campestres vírgenes
para ofrecerlas al naciente sol.
Y que a regarlas, entre nubes diáfanas
baja de la mañana el serafín,
al son del canto melodioso, armónico
del pintado y alegre colorín.
De nuestra patria las morenas célicas
orlan con ella su hechicera sien,
para que unidas a sus rizos de ébano
aun más encanto a sus encantos dén.
Y así resalta su hermosura mágica
y luce más su virginal color,
como del cielo en la azulada bóveda
luce de las estrellas el fulgor.
Y es flor encantadora, mística,
de nuestros climas exclusivo don:
nuestros campos adorna con sus méritos
y jamás embellece otra región.
Y por eso el viajero del Atlántico
que bellas flores en Europa vio,
queda admirado ante la flor de América
que sin cultivo y riego aquí nació.
Allá la planta en el jardín espléndido
de su rico palacio el gran Señor,
y por verla crecer en su invernáculo
diera de entre sus flores la mejor.
Mas vanamente; el Soberano Artífice
sólo a nosotros nos la quiso dar,
cual concedió también a nuestras vírgenes
hermosura sublime, singular.
Sí, Vos, Señora que escucháis mi cántico
ejemplo sois de lo que digo yo,
porque aún del Sena en las pobladas márgenes
vuestra hermosura sin rival brilló.
Y cuando vieron vuestra faz angélica
os admiraron dignamente allá,
como a la hermosa perla del Pacífico
y a la más bella flor de Panamá.
¡Ah!, cuando a fuerza de tormentos hórridos
cese de palpitar mi corazón;
cuando deje esta vida triste y mísera
para dormir tranquilo en el panteón,
Yo sé que nadie verterá una lágrima
y ojalá que siquiera por favor,
alguien coloque en mi enlutado féretro
del Espíritu Santo alguna flor!
Espero que hayan disfrutado tanto como yo, conociendo un poco más de esta particular planta y de la poesía nacional.
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